Hexagrama 63
Chi Chi “Después de la consumación”
“Al principio buena fortuna, al final confusión”. Ahora que hemos conseguido lo que deseábamos, no podemos relajarnos y dejar que el ego tome el mando. Sí es cierto que podemos relajarnos, pero nunca perder la atención: cuando nos sentimos seguros hemos de recordar la posibilidad de peligro.
Después de la consumación es el momento en que el orden se ha establecido, cuando todo ocupa el lugar en el que debe estar, después del clímax de una situación. Probablemente ahora comenzarán a aparecer situaciones de inestabilidad, pero podemos manteneralas a raya y no permitir que éstas nos derriben. Seamos receptivos a los cambios
Líneas mutadas:
3ª línea: “No debes emplear gentes inferiores”. No dejar que el niño mimado que llevamos dentro tome el mando y pruebe sus límites.
6ª línea: “Mete la cabeza en el agua. Peligro”. Aunque hayamos logrado algún progreso, debemos seguir caminando de puntillas y sin mirar atrás.
Hexagrama 42
I “ El aumento”
Estamos en una época de un intenso movimiento hacia el progreso. Tenemos la ayuda del Tao. Al continuar nuestro camino encontramos en cierta medida paz y confianza en nosotros mismos. Esta época es comparada con anteriores de impedimento y merma.
Comienza una época de intensa actividad, de más energía. Se obtendrán beneficios, de todo tipo, material o espiritual, que se han de compartir.
Si has seguido el sistema de Wilhelm habrás obtenido seis líneas, una con cada tirada de monedas y en sentido de abajo a arriba. Lo primero que debemos aprender es a leer esos signos, previo a la lectura que nos ofrece el tratado clásico del Yi Jing, e incluso complementarlo con otros autores que han revisado y actualizado el lenguaje críptico y profundo. Recomiendo a Karol C. Anthony
Empecemos por los conceptos Yin y Yang. Cada línea nos ofrece información que sumaremos a lo que indica cada trigrama y, por último, leeremos el hexagrama. El idioma chino escrito (han zi) se lee como un símbolo: descomponemos sus partes, vemos su significado, y lo volvemos a componer para ver qué significa en su conjunto. Así leemos un hexagrama. La parte más simple y fundamental son las líneas partidas (yin) y las líneas completas (yang).
Yin. Representa el útero, la madre, el suelo, la tierra: receptáculos de una nueva vida y, por extensión, de nuevas ideas. En su aspecto negativo es tristeza, debilidad, egoísmo, asociados al lado oculto de nuestra naturaleza, la Sombra. Yin es nuestra mente inconsciente, donde escondemos nuestros deseos y secretos. Es el hemisferio derecho del cerebro, nuestro software artístico, nuestra creatividad e intuición. Es el lado de nuestro archivo que mantiene y desarrolla las tradiciones, los valores y las relaciones. Otros conceptos asociados al Yin: leer, escuchar, meditar, dormir, invierno, muerte, frío, norte, luna, agua, imaginación, tranquilidad,...
Yang. Es el principio masculino como el cielo, y “los cielos”. La actividad de vida se manifiesta en la fuerza activa de la luz del sol, el suave viento, el calor emergente del verano. Son nuestras metas, inspiración, iluminación que nos llevan más allá, activando nuestra mente. Es el hemisferio cerebral izquierdo, nuestro software responsable de la abstracción lógica, las matemáticas y la ciencia. Yang son la adquisición de bienes materiales, el individualismo-egoísmo, pero también nuestra expresión externa, los argumentos razonados, la vitalidad y el vigor. Otro conceptos asociados al Yang: figura paterna, autoridad, ley, finanzas, ciencia, agresividad, exhuberancia, juego analítico, estudio, deporte, calor, sur, sol, movimiento, lógica,...
No analicemos el Yin y el Yang con una mentalidad cultural judeo-cristiana. Juntos forman el Tai Ji, un Todo en constante mutación y cambio. Yin y Yang son complementarios y relativos, no antagonistas. Por eso hemos de romper valores tan básicos asociados a ellos como masculino-femenino, día-noche, calor-frío.... porque ¿qué es mejor, el día o la noche?, ¿qué es mejor, lo masculino o lo femenino?... ¿con respecto a qué? ¿acaso existe lo uno sin lo otro? La mentalidad dualista ha de dar paso a una visión holística y menos prejuiciosa.
El oráculo, ¿con tallos de milenrama o con monedas?
Obtener un oráculo no es algo banal. La respuesta, “que está en el viento”, como dice Dylan, requiere una escucha atenta y una disposición idónea. No es necesario que hagamos una “performance” antes de consultar, pero una actitud mental neutra, relajada, quizá un estado meditativo, puede ser la adecuada. Recordemos que en la antigüedad consultar el oráculo significaba acudir a las Mente Superior, un concepto sagrado y, como tal, merece todo nuestro respeto. En la época de los Shang y los Zhou para consultar el Yi Jing se utilizaban tallos de milenrama (aquilea), pero el método usado no ha llegado hasta nosotros, aunque se sabe que este método se combinaba con el oráculo del caparazón de la tortuga sometido al calor. Complicado, pero hay que considerar que consistía en un verdadero ritual. En el caparazón aparecían signos, y recientemente se descubre que esos dibujos corresponden a los números del 1 al 8, siendo los números pares Yin y los impares Yang y que más tarde éstos signos se convertirían en trigramas. Las líneas no existían en los tiempos del rey Wen. El uso de líneas partidas y completas, así como la formación de trigramas, se remonta al Periodo de los Reinos Combatientes de la dinastía Zhou (475-221 a.n.e.), dilatada época de crisis en la que se desarrollan las artes, las ciencias y la filosofía. Es la gran época de las Cien Escuelas.
Sabiendo todo esto, ¿cómo obtenemos el oráculo? Sin duda, hemos de remitirnos a la gran obra del sinólogo Richard Wilhelm “I Ching. El Libro de las Mutaciones” publicado por Edhasa (ISBN 84-350-1902-0). Para los más ortodoxos sugiero ir a la página 454. Allí encontraréis “El oráculo obtenido mediante los tallos de aquilea” muy bien explicado. Para los menos “ritualistas” será suficiente con “El oráculo obtenido por medio de monedas”, explicado a partir de la página 457.
Después veremos que “hacer” con el resultado.
